A Malasia con un tango, un libro para seguir creyendo

En una tierra condenada a tropezar con las mismas piedras, donde el tiempo parece girar en círculos y las cicatrices nunca logran cerrarse, A Malasia con un tango emerge como un relato de resistencia y destino. Omar Romano Sforza nos lleva a través de una infancia marcada por la dureza de un país herido, Argentina, donde los sueños se enfrentan a la furia de la realidad antes de siquiera echar raíces.

El autor revive más de cincuenta años luchando contra lo que llama la máquina de impedir”, ese engranaje cruel que convierte cada esfuerzo en un desafío titánico. Con el trasfondo de un país eternamente a la deriva —de presidentes fugaces y ciclos económicos devastadores—, Romano Sforza dibuja una geografía emocional donde el fracaso y la esperanza conviven como dos caras de la misma moneda.

En el corazón de la narración late la historia improbable de dos amigos que, casi por azar, encendieron una chispa en la penumbra: fundaron Bedson S.A., un laboratorio que desafió todas las probabilidades hasta convertirse en el líder mundial de su sector. Con una narrativa que mezcla ternura y mordacidad, el autor nos desafía a descifrar el misterio de su éxito: ¿cómo puede surgir un milagro en un suelo tan árido?

Este libro, no es solo un testimonio empresarial

Es también un viaje por los episodios más oscuros de la historia argentina: las guerrillas, las dictaduras, las devaluaciones que destruyen sueños, y las consignas económicas que se repiten como mantras huecos. Con una prosa cargada de ironía sutil, Romano Sforza traza paralelismos con los conflictos y cicatrices de toda América Latina, explorando también el peso de los narcoestados y los ecos de las crisis más allá de las fronteras. Y, sin embargo, en medio de tanta penumbra, resuena un canto vibrante a la vida. Porque incluso en una tierra condenada a la incertidumbre, el ADN apasionado prevalece. En estas páginas, el lector no solo encontrará rabia y dolor, sino también la certeza de que, contra todo pronóstico, los sueños siempre logran abrirse paso hacia la luz.

 

Por Aurora Urquiza, periodista, Entre Rios.