Vivir es fácil si se entiende que: “ mi libertad termina donde empieza la vuestra ”
“Para llevarnos bien no necesitamos las mismas ideas, necesitamos el mismo respeto”, el respeto es un valor que permite al ser humano reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reconocimiento del valor propio y de los derechos de los individuos y de la sociedad.
Hace años era más fácil, en el colegio secundario se enseñaba una materia denominada: Instrucción Cívica, y era fácil entender esto del respeto en todas sus formas, la misma decía “mi libertad termina donde empieza la vuestra”. Así de simple. Así de fácil.
El respeto es un valor esencial
Para las sociedades humanas y está presente en todas las áreas de nuestras vidas. Nos impulsa a relacionarnos con los demás con amabilidad y consideración, a tratarnos bien a nosotros mismos, ya valorar y cuidar el entorno que nos rodea, como el medio ambiente, aquellas cosas que son de todos por igual: un tren, un parque, un lugar para aparcar, los baños de un restaurante o los públicos, recoger la basura que producimos y colocarla donde corresponde, no hablar a los gritos y la lista seria enorme, pero convengamos que para entender de que va esto, con lo dicho basta.
Hay algunas actitudes, en ocasiones muy enraizadas en el ser humano que hacen que éste no trate con el debido respeto a sus semejantes.
Podemos destacar algunas de las más importantes:
- El egocentrismo y la soberbia:Cuando alguien considera que todo ha de girar en torno a sí mismo es inevitable que tienda a despreciar a los demás y, por lo tanto, que no los trate con el respeto que merecen.
- La intolerancia:Nadie puede esperar que todo el mundo piense y actúe como uno mismo. Muchas personas no aceptan al que es diferente por el simple hecho de serlo y en ocasiones, lo tratan de una manera despectiva.
- La ausencia de valores:La falta de valores hace que las personas basen todas sus actuaciones en conseguir unos objetivos materiales y en satisfacer sus propios deseos o caprichos sin respetar a los demás.
- La mala educación:Que hace que muchas personas no sepan guardar unas normas básicas de convivencia.
La falta de respeto como generación de conflictos y de violencia
En diferentes ámbitos de nuestra sociedad. Podemos ver algunos casos muy claros que se están produciendo con demasiada frecuencia en la actualidad:
- El origen de la violencia contra la mujer es la absoluta falta de respeto hacia ella, ya que se le niega su propia dignidad como persona al considerarla como una posesión por parte del maltratador, el cual considera que puede actuar con ella como le plazca.
- También, los episodios de violencia y conflictos en los colegios tienen su origen en la falta de respeto. Falta de respeto hacia algunos compañeros o profesores a los que se les molesta o se les humilla en muchas ocasiones para sentirse populares.
- Un caso especialmente intolerable es el de las agresiones o las bromas de mal gusto que se hacen a otros alumnos o incluso a profesores para grabarlas con el móvil y colgarlas en Internet. En este caso, a la víctima se le niega su dignidad al considerarla como un objeto para conseguir unos fines sin tener en cuenta sus sentimientos.
- La manipulación, humillación y explotación en el trabajo. La conducción temeraria de algunos conductores que para satisfacer su ego llega a poner en peligro su propia vida y la de los demás.
- La falta de respeto al descanso de los demás formando jaleo en la calle o dentro de alguna vivienda a altas horas de la madrugada, sin tener la más mínima consideración con los vecinos, etc.
Para tener una concepción respetuosa de la vida
Hay que empezar por respetarse a uno mismo, es lo que llamamos el autorrespeto. Este es el primer paso para respetar a los demás, por lo tanto, no debemos hacer cosas que atenten contra nuestra propia dignidad.
Por ejemplo, si nos dejamos humillar para conseguir unos objetivos no nos estamos respetando a nosotros mismos. Como dijimos, el respeto no sólo lo debemos aplicar a las personas, también debemos ser respetuosos con nuestro entorno.
Dice Emilio Gascón Veguin, “Los ciudadanos asistimos impasibles a la falta de educación, respeto, tolerancia y buenos modales que los políticos están proyectando sobre la sociedad española. El insulto y la descalificación están a la orden del día, han recuperado la terminología fascista, golpista, y tratan (exclusivamente por intereses particulares) de trasladar a la calle dicho enfrentamiento”
El talante de la política en el momento actual es descorazonador
Ofrece a las generaciones que tienen que recoger el testigo para dirigir el país una imagen distorsionada de cómo se debe conducir una Democracia, en donde las ideas y el discurso de la razón han sido pisoteados una y otra vez, y la información veraz en la vida pública, así como en los «medios» está dando paso al adoctrinamiento en beneficio de ideologías sectarias y radicalizadas.
Para ir cerrando
Tenemos que aprender a respetar las formas de ver la vida de todas las personas. Es algo que puede parecer muy obvio, pero si estás leyendo este mensaje estoy seguro de que no puedes afirmar rotundamente, que nunca has juzgado, si no a alguien, alguna de sus acciones, de sus decisiones o de sus formas de ver la vida.
Y a esto es a lo que me refiero, a que no podemos pretender entender la forma de vida de otra persona desde nuestra forma de vida y mucho menos creo que valga para nada ponerse a criticarla.
Aceptar al que piensa diferente con respeto y que el o ella haga lo mismo es un buen principio para el entendimiento. Hoy las redes sociales y la televisión están plagadas de catarsis políticas, económicas y del diario vivir. Mas allá de la descarga emocional ¿aportan algo a nuestras vidas?