No te angusties por lo que aún no ha sucedido
La mente, al proyectar futuros inciertos, crea sufrimiento donde no lo hay. El futuro es como una bruma que cambia constantemente, y solo el presente es real. La vida ocurre en el aquí y el ahora, este instante es todo lo que tienes. Preocuparse por lo que podría pasar es cargar con un peso innecesario. En el momento siguiente, todo puede ser distinto, y las preocupaciones de ahora pueden perder todo sentido.
Es esencial aprender a observar tu mente sin ser arrastrado por ella.
El inconsciente, como un niño inquieto, se llena de fantasías, muchas de las cuales nunca se harán realidad. No confundas esas imágenes con la verdad, porque ellas solo generan inquietud. El inconsciente carece de «sentido del humor», toma en serio todo lo que crea, y nos arrastra en sus ilusiones si no aprendemos a domesticarlo.
Pero tú tienes el poder de detenerte, respira y mira con claridad.
Recuerda, lo que importa es este momento. Las situaciones cambian, los pensamientos vienen y van, pero la paz siempre está disponible en el ahora, si decides no aferrarte a lo que no existe. El pasado ya se ha ido, el futuro aún no ha llegado, y el único lugar donde puedes encontrar tranquilidad es aquí. Cuando tu mente proyecta imágenes de lo que podría pasar, obsérvalas sin aferrarte a ellas. No son la realidad; son solo nubes pasajeras en el vasto cielo de tu conciencia
La verdadera sabiduría no está en controlar el futuro, sino en dejar que las cosas fluyan a su debido tiempo, sin forzar ni oponer resistencia. El río de la vida sigue su curso, y nuestra tarea es aprender a fluir con él, sin ser arrastrados por la corriente de pensamientos que genera el inconsciente. A medida que domines tu mente, también dominarás la habilidad de estar en paz, independientemente de lo que suceda a tu alrededor.