Reflexiones para el domingo: “Cuando menos es más”
Hoy quiero hablarles sobre una verdad profunda y a menudo pasada por alto: cuando lo menos es más en nuestras vidas. En un mundo donde la acumulación de riquezas y ostentaciones es vista como un signo de éxito, es vital recordar el valor de lo simple y lo esencial.
Muchos de nosotros hemos visto cómo personas recién enriquecidas, ya sean músicos, jugadores de fútbol, boxeadores o empresarios, se apresuran a comprar mansiones con innumerables habitaciones y baños, gimnasios, piscinas y otros lujos. Esta búsqueda de ostentación puede parecer un objetivo deseable, pero ¿realmente llena el espíritu?
Las verdaderas personas ricas, aquellas que tienen dinero de verdad, a menudo no exhiben sus riquezas. Salvo en revistas que glorifican lo material, muchos viven en hogares modestos y cómodos, con lo necesario, aunque podrían comprar un palacio. Poseen un buen auto, pero solo uno. Este estilo de vida no es por avaricia, sino por un entendimiento profundo de lo que realmente importa.
Estas personas utilizan sus recursos para el bien común. A través de sus fábricas y negocios, crean empleo y oportunidades, ayudando a otros de manera silenciosa, lejos del ojo público y de la opinión ajena. Su solidaridad se expresa en acciones concretas y discretas.
Hoy, quiero invitarles a reflexionar sobre «la carga que llevas en tu mochila por la vida». ¿Qué estás cargando? ¿Son lujos y posesiones materiales o son valores, experiencias y relaciones significativas? Recuerda que lo que verdaderamente importa no se puede comprar con dinero.
Y no olvides a Dios, tu compañero de viaje. No importa cómo lo entiendas o sientas, Él está contigo no por tus posesiones, sino por tu ser. Dios es uno de tus amigos más valiosos en este camino de la vida.
Que este domingo sea un momento de reflexión y reconexión con lo que realmente importa. Que aprendamos a valorar lo simple, a vivir con menos lujos y más espacio interior para las cosas pequeñas que no se compran con dinero.
¡Feliz domingo!