Historias de familia
Mi madre falleció hace 7 años, a los 90. Hija de padres asturianos ( Gijón), que escaparon del hambre hacia otros mares. Le recuerdo siempre por su ternura con sus hijos y compromiso con el trabajo , la educación y los valores.
Terminó el colegio primario a los 60 ( nunca se dio por vencida) y empezó a trabajar de muy joven como empleada doméstica.
Fue feliz al saber qué había dado educación y vocación de servicio a su familia. Tanto mi abuela como mi madre, que no tenían nada, querían lo mejor para sus hijos y nietos. Lo mejor que se consigue con el trabajo y sin ninguna dadiva de ningún estado.
Eran épocas de pobreza digna.
Había huertos, gallineros, arboles frutales y mucho cariño para que en la familia faltase lo menos posible. Y yo, hijo y nieto, pude estudiar en colegios y universidades del estado y recibir mi titulo con honor.
Esta historia es feliz para mi , porque muestra como nuestros mayores tenían otros “ códigos” de conducta. Simples . Solidos. Claros. Con esfuerzo y trabajo todo es posible.
Mi recuerdo para tantos emigrantes que dejaron sus países en busca de un mundo mejor y que entregaron, sangre, sudor y lagrimas para lograrlo.