Victor Küppers en 10 reflexiones
Mi nombre es Victor Küppers. Nací en Eindhoven (Holanda) y vivo en Camprodon. Doy gracias a Dios cada día. Mi frase favorita es esta: “Que nadie llegue jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”, de la Madre Teresa de Calcuta. Bueno, es mi segunda frase favorita porque la primera es «vamos Messi!».
Soy licenciado en Administración y Dirección de Empresas y Doctor en Humanidades. Trabajo como formador y conferenciante y doy clases en la Universidad de Barcelona y en la Universidad Autónoma de Barcelona. Anteriormente trabajé como vicepresidente de Barna Consulting Group y Research Assistant de IESE.
También tengo la suerte de recibir invitaciones de hospitales y colegios para impartir conferencias sobre «Vivir con Entusiasmo».
Me dedico a la formación por vocación, es un trabajo fantástico. Yo sí creo en la suerte, hay personas que tienen mala suerte y otras que tienen mucha suerte; pues yo soy de estas últimas, yo soy el del churro. Aunque me encantaría, no soy un experto, tampoco una persona muy inteligente ni tengo la capacidad de investigar o desarrollar ideas innovadoras, mi trabajo tiene poco mérito porque es muy facil: me limito a leer a los expertos, copiar las ideas que me gustan y transmitirlas.
No soy un sabio, pero leo a los sabios. Creo firmemente que se puede vivir y trabajar con alegría en un entorno que no ayuda y que lo normal, si no tienes un drama en tu vida, es vivir con pasión, con ganas, con ilusión; no es lo habitual pero si lo normal y uno tiene que aspirar a ser normal.
En mi trabajo considero muy importante facilitar que las personas trabajen en base a principios y valores humanos, ser buenas personas es la base de todo en esta vida, las personas no nos gustan por su curriculum sino por su manera de ser.
Estoy plenamente convencido la única vida que tiene sentido es una vida con sentido.
Me apasionan muchas cosas. Mi familia, mi perra, mis amigos, jugar a tenis, el Barça, Camprodon, la cerveza, las sorpresas, los espaguetis, los puzzles, las terrazas, los niños, las personas mayores, un bosque, Maastricht, la música a toda pastilla.
También me apasiona la lectura. Mis autores favoritos son Stephen Covey, Jaques Philippe, Josep Maria Alimbau, Martin Seligman, James Hunter, Anthony de Mello, Georges Chevrot, Thomas Mann, Barbara Fredrickson, Tolstoi, Charles Dickens, Victor Frankl, Joan Bestard. También me han influido mucho los escritos de Santa Teresa de Calcuta.
10 reflexiones
- «Vivimos en bucle y solamente vemos lo negativo, lo que no nos gusta, y a veces necesitamos parar y comprobar que todo lo que tenemos alrededor no funciona mal. Todos tenemos cosas buenas, pero las damos por descontadas. Entonces no las valoramos. Los expertos dicen que hay que valorar lo positivo, disfrutar de lo que tienes y no centrarte en lo que no tienes. Los que no tenemos ningún drama somos unos privilegiados en la vida. Hay mucha gente que sufre, que tiene dramas, esos tienen todo el derecho a estar enfadados, a no vivir con alegría, pero los que no tenemos dramas es imperdonable que perdamos la alegría».
- «Si no te gusta tu vida, tienes que saber en qué falla y qué vas a hacer. Si no te gusta tu trabajo, qué vas a hacer; si no te gusta tu pareja, qué vas a hacer; si no haces nada, las cosas no van a cambiar, tienes que cambiarlo tú. Si no acabas en el mismo sitio».
- «Tenemos una cultura en que la gente está muy dispuesta a quejarse, pero poco dispuesta a hacer cosas para cambiar».
- «Vivimos en una sociedad en la que todos queremos una vida de película. Que todo sea maravilloso, los padres perfectos, el profesional ideal, tener el físico ideal, la pareja ideal y eso es inalcanzable. Siempre va a haber algo de insatisfacción en tu vida, por eso hay que dejarse influir menos y centrarse en lo que uno quiere realmente, en lo que tú necesitas para ser feliz, y verás que no necesitas tantas cosas. Pero esto es una pelea, vivir en el mundo de Instagram, de las redes sociales, del aparentar, del parecer… Es el mundo del envoltorio y el nivel de exigencia para que el envoltorio sea bonito es tan extremo que genera mucha frustración».
- «Antes necesitábamos menos cosas y sobre todo enseñarle menos a los demás. Vivimos en una sociedad de consumo, materialista y de imagen, y no todo el mundo tiene la vida que la sociedad marca como ideal. Mi mejor amigo, por ejemplo, es carpintero y es el tío más feliz del mundo, pero según los estándares de la sociedad no es el prototipo de persona que debería ser feliz, pero lo es. Porque se puede ser feliz con muy poco, aunque la exigencia de la sociedad es que tengamos que tener de todo».
- «Ser positivo, optimista: Hay tres componentes: el genético, las circunstancias y lo que tú haces. La genética condiciona, pero no determina. Tú tienes responsabilidad, a lo mejor no eres la más optimista del mundo, pero puedes ayudarte a ser lo más optimista dentro de tus posibilidades. Ahí no hay excusa, a mí la frase que me da mucha rabia es eso de «Yo soy así». ¿Cómo? Pues espabila, que los demás no tenemos la culpa».
- «Hacemos dramas por auténticas chorradas, pero luego cuando realmente la vida te da un golpe es cuando la gente reacciona. Entonces sí te das cuenta de lo que era una tontería».
- «Hay gente que contagia, que ilumina, esa gente son oenegés con patas, sí, sí. Hay gente que reparte comida, pero otra reparte alegría, ilusión, son fantásticas esas personas».
- «Al final la vida nos va en lo personal y en lo profesional por nuestra actitud. Y lo más chulo es que eso lo gestionamos nosotros, eso depende de nosotros, tú lo eliges. Eso es lo que diferencia a las personas grandes de las mediocres. Cuesta un montón, pero cuando luchas es más fácil. A ti te quieren, te valoran y te aprecian por tu manera de ser, no por tu currículum. Tus hijos te quieren por tu manera de ser, tus compañeros de trabajo por tu manera de ser… La actitud. Nos gustan las buenas personas, las que son honestas, las que son íntegras, amables, no la gente que discute y está todo el día enfadada. Nos gusta la gente fácil y con sentido del humor».
- «Solo explico cosas que todos sabemos, si lo hubiera inventado yo, sería un crac. Son cosas de sentido común, que todos sabemos y conocemos, no tengo ningún mérito. La gente necesita recordar».