La ciencia explica por qué gritamos cuando hablamos por teléfono
Todos alguna vez hemos experimentado la molesta sensación de escuchar a una persona hablar a los gritos por teléfono en el metro o bus, haciéndonos saber cosas de su vida que realmente no nos interesaban. Incluso, sin querer, es probable que nosotros hayamos sido ese terrible interlocutor que hablaba fuerte al teléfono mientras los demás pasajeros escuchaban.
Al contrario de lo que se piensa, este comportamiento no es un signo de mala educación, sino que tiene una explicación científica.
La mayoría de las personas elevan mucho su tono de voz al momento de hablar por teléfono y desde la aparición de los celulares, este fenómeno se reproduce cada vez más. Este comportamiento tiene una explicación científica y radica, en un primer lugar, en la evolución del teléfono a través de la historia.
El teléfono ha pasado por diversas modificaciones y adaptaciones, hasta llegar a lo que hoy conocemos como teléfonos móviles. Los primeros dispositivos de línea, que se conectaban en los hogares tenían tecnologías muy precarias y los micrófonos no eran muy sensibles, por lo cual, muchas veces las personas tenían que gritar para lograr que el interlocutor los escuche.
Los primeros teléfonos también tenían un retorno denominado “tono lateral” que permitía escuchar el volumen de la voz de quien hablaba. Hoy en día los teléfonos fijos vienen con un tono lateral para que evitemos gritar, pero en los celulares este tono lateral parece no estar equipado para lidiar con la movilidad.
Este fenómeno se ve potenciado cuando usamos un celular en la calle, donde debemos competir con el ruido ambiente que nos rodea. Para que se las escuche, las personas gritan, porque no se oyen a sí mismas y temen que su interlocutor tampoco los escuche. Aumentar el tono de voz en un ambiente molesto es parte de un efecto científicamente comprobado y denominado Reflejo Lombard.
El Reflejo Lombard fue descubierto en 1909 por el otorrinolaringólogo francés Étienne Lombard y sostiene que tenemos una tendencia natural a elevar la voz cuando estamos en un ambiente con mucho ruido. Este reflejo no solo afecta la sonoridad, sino que incluye además cambios en el tono, la frecuencia y la duración del sonido de las sílabas.
Si escuchas a alguien gritar al teléfono, no lo consideres un maleducado, recuerda la existencia de este fenómeno que para quien está al teléfono es totalmente imperceptible e incluso natural.
Fuente: https://www.universia.net/mx/actualidad/vida