¿Por qué la disciplina dejó de ser un valor?
“Conjunto de normas que rigen una actividad o una organización”, así el diccionario define a la disciplina.
Hay un extraño fenómeno que sucede en la contemporaneidad con esta cualidad. La norma se transformó en transgresión. La indisciplina no sólo es la ley, sino que además, tiene buena prensa y ha logrado legitimidad a nivel institucional.
Leer las portadas de los diarios de diferentes partes del mundo es toda una experiencia surrealista. Por qué estamos frente a una época en la cuál la indisciplina es ley? ¿Cuáles son los motivos por cuales la disciplina perdió su carácter de valor? ¿Por qué hoy es un defecto y no una virtud?.
Ir a las fuentes, quizá sea uno de los mejores métodos para la toma de conciencia, para acordarnos del origen de un valor.
La palabra disciplina deriva del verbo latino «discere», que equivale a aprender
- Su significado entonces es tener la capacidad de adquirir el orden necesario para poder aprender.
- Si una persona no adopta la virtud del carácter para controlar sus impulsos, no hay metas, no hay objetivos, no hay horizonte.
- Sólo queda frente a la voluntad de su entorno.
- Sin leyes o mejor dicho con normas pero sin su aplicación efectiva, el saldo es la orfandad de una sociedad que está a la deriva.
- Pero, además del campo institucional, ¿cuál es la relación del colectivo social y la disciplina? La ausencia de normas o la connotación negativa que hoy tiene la disciplina, es ¿responsabilidad absoluta del Estado? O bien, ¿la sociedad ha normalizado este estado de anomia?
Clifford Madsen , coautor del libro «Enseñanza y disciplina», escrito en colaboración con su hermano Charles Madsen, psicólogo como él, brinda una respuesta muy clara al respecto sostiene que » la disciplina es el principal vehículo para lograr una convivencia institucional positiva y la formación de actitudes indispensables para la eficiente adaptación social y laboral.»
¿Cómo vive una sociedad sin disciplina?
La indisciplina perturba la estabilización de hábitos y actitudes requeridos para las horas de estudio, trabajo o recreación. Perjudica todos los ámbitos de la vida de un ser humano.
A través de una serie de investigaciones que ha encabezado, Madsen afirma que «la ausencia de la disciplina como valor surge de la misma sociedad, y por ello hoy a nadie le sorprende que desde la instituciones estatales o en los aparatos judiciales, la ley esté ausente.»
El autor cita a la familia y a la escuela como los vehículos principales en la socialización de los niños en la disciplina. Es decir, la actualidad encuentran padres subordinados por los hijos y escuelas que flexibilizan sus normas en torno al comportamiento de sus alumnos. Los menores se encuentran solos frente a sus conductas.
Durante las últimas tres décadas Madsen, advierte que tanto la familia como las instituciones escolares han “abandonado su profesión, se siente inhabilitados para controlar la disciplina”. Los límites son sinónimo absoluto de aprendizaje y responsabilidad. Sin disciplina, sólo queda el descuido, la indiferencia.
Hay países cuyas instituciones y parte de la sociedad se comportan como niños, todos los días vemos como las instituciones han olvidado o se sienten incapacitadas para ejercer su cargo. Nos atraviesan las rebeldías sin causa y el anarquismo sin sentido, cuales adolescentes sin rumbo.
“Disciplinamos a quienes amamos”, sostiene Madsen. Habrá que pensar cuánto le importamos a quienes deberíamos importarle.