Reflexiones de una médica de familia: Los mayores y el estrés
“Por comodidad estadística desde hace más de un siglo se trabaja con la idea de que la vejez empieza a los 65 años porque ese umbral fijo coincidía con la edad de jubilación, pero la realidad es que no dejamos de ganar esperanza y calidad de vida y las personas de 65 años de hoy no tienen que ver con las de antes, porque llegan mucho mejor a esa edad y uno diría que los de 65-70 años actuales son como los de 55-60 años de generaciones anteriores”, afirma Antonio Abellán, investigador del departamento de Población del CSIC y director del portal Envejecimiento en Red de España.
Vivimos en una sociedad de personas grandes, con un mayor porcentaje de mujeres a medida que se avanza en edad. La calidad de vida de los mayores y su habilidad funcional está vinculada con su entorno y sus capacidades.
También podemos mirar hacia atrás y ver nuestros días en perspectiva:
Entre 1910 y 2009 la ganancia de un recién nacido ha sido de más de 40 años respecto a la expectativa que tenía su bisabuelo cuando era un bebé. Estos 40 años son el doble de la vida media de una persona hace un siglo. El avance ha sido mayor en mujeres (creció 42,6 años hasta los 84,5) que en hombres (38,8 hasta los 78,4), según un estudio que analiza las causas de este espectacular incremento hasta la primera década de este siglo.
Qué es el estrés?
El estrés es un factor de riesgo para la salud, el bienestar y la calidad de vida de todos, especialmente en los vulnerables. Otros tienen buen dominio sobre los estresores pero nadie está exento. La diferencia determina los efectos sobre la salud.
Una respuesta del organismo que libera cortisol y noradrenalina para permitirnos enfrentar una amenaza.. No existe vida sin estrés pero no estamos diseñados para vivir estresados, a largo plazo sin una vía de escape. Ni es necesario que el riesgo sea real. Es suficiente que sea percibido como tal.
La vulnerabilidad surge de la relación entre las exigencias que se presentan, versus los recursos con que contamos. Hay un proceso dinámico entre los estímulos del medio y los recursos personales
Los mayores tienen una problemática particular
- La enfermedad especialmente la crónica y el temor a enfermar.
- El aislamiento tanto familiar como por la pérdida de la pareja o amigos.
- La jubilación por sus consecuencias económicas y cuando la autoestima está vinculada a la actividad profesional. Sin la rutina de la actividad laboral, la agenda se desestructura.
- La pérdida de la autonomía.
- La disminución de la capacidad de enfrentarse a situaciones inesperadas aunque no sean displacenteras
- Por otra parte, la secreción de hormonas vinculadas al estrés es mayor y tarda en desactivarse al ceder el estímulo.
La mayor parte de los mayores no son vulnerables
Adquirieron recursos a lo largo de la vida y viven una época de ganancias por las habilidades y capacidades aprendidas, que les permiten enfrentar y compensar las pérdidas. Tienen menos temor al futuro. Estar en pareja amortigua tensiones al compartir las situaciones. Tanto para luchar como para escapar o simplemente sentarse a aceptar.
Qué se puede hacer para gestionar el estrés en mayores, algunos ejemplos:
- Tener una actitud positiva
- Evitar el aislamiento manteniendo el contacto con amigos y familiares
- Hacer actividad física: se liberan endorfina, las hormonas de la felicidad, mejora la motricidad y el equilibrio, aumenta la masa muscular y el rendimiento cardiovascular. Bailar es una buena opción.
- Escuchar música y mantenerse mentalmente activo leyendo o haciendo juegos de mesa.
Finalmente podemos separar la idea de una edad concreta para los mayores, y apostar por vincular esta etapa al estado de salud general de las personas.
Por Doctora Emilse Carreras, médica de familia.