También podemos decir no a la desvalorización
La desvalorización no conoce géneros femenino o masculino, y tampoco existe una vacuna para protegernos. Puede atacar a todos por igual. Los que desvalorizan siempre son personas que crean ese espacio de dolor y frustración. Esas personas están por todas partes. Las hay evidentes y son las que nos permiten buscar ayuda y protección y las hay tóxicas que descargan su veneno con acciones casi invisibles. Son las peores.
La desvalorización es una de las heridas emocionales que más se ven en las personas
Siempre aparece un denominador común: sintieron o les hicieron sentir que no valían. Desvalorizar es juzgar algo negativamente, es llegar a la conclusión de que algo está bien o está mal, creyendo que una conducta no es adecuada, y quedarse ahí. Eso es quedarse en la superficie sin haber entendido nada todavía. No existe la forma correcta de hacer las cosas de forma absoluta, sino que todo depende de la forma de ser de las personas y sus circunstancias.
El valor de aceptarnos es el antídoto
No significa soportar ni resignarse a una situación, no significa permanecer quietos viendo lo que ocurre. Aceptar es permitir lo que sea que está ocurriendo sin juzgarlo, intentando comprenderlo, intentando buscar el origen del problema y la solución. Todo en la vida tiene un buen motivo, descubrirlo representa avanzar, crecer, y ser más feliz. El buen amor siempre es el camino.