Como dijo Juan M. Serrat “Hay que tener muchas ganas de vivir para no dejar que te mate una amenaza”.
Frente al COVID -19, proclamamos seguir viviendo con responsabilidad social, distanciamiento , higiene, mascarillas y todo lo que nos ayude a cuidarnos y cuidar a los demás. Hasta llegar a la vacuna, que cada día está mas cerca.
No se puede escuchar todos los días a tanto “ sabelotodo” , pseudo científicos opinando en cuando medio de difusión exista , siempre en potencial . Inundan nuestros mentes de miedo y amenazas.
Esa desconfianza se agudiza con crisis como esta que vivimos, que llega después de una etapa de profundo descrédito de gobernantes, políticos, muchos ciudadanos de a pie y, también, medios de comunicación. Como guinda del postre podemos añadir una gestión cuestionable de la pandemia de unos y otros que lleva a muchos a no fiarse siquiera de los científicos.
Todo esto ya lo sabemos, pero ahora un estudio firmado por investigadores de la Universidad George Washington ha querido explorar qué consecuencias para la salud puede provocar esa falta de confianza en la autoridad y cómo se retroalimenta en determinados grupos de informativos y de redes sociales.
El trabajo, publicado en Nature, muestra cómo las comunidades que ponen en duda los criterios sanitarios establecidos son más eficaces que las fuentes oficiales a la hora de llegar a grupos de «indecisos» y crear un vínculo con ellos.
Los investigadores apuntan que esta desconfianza, que se alinea con el ruidoso movimiento antivacunas estadounidense, podría poner en riesgo los esfuerzos para proteger a los ciudadanos de la COVID 19 y de futuras pandemias.
Mas lectura y menos televisión
Es una opción en tiempos de “desinformación” , que encima empeora cuando las noticias están cargadas de posiciones políticas. A estos últimos, a los políticos: haced lo que debéis hacer, porque solo sois pasajeros transitorios y el premio o castigo se iluminara con el próximo voto. Cuidado.
Volviendo a Serrat , el dijo: “ Tenemos que poner en el jardín cultura, arte, música, tecnología y sobre todo, amor. Eso seca sin duda a la violencia”.