Una pareja de jubilados vendió todo, viaja por el mundo hace 6 años y ya recorrieron 83 países

Debbie y Michael Campbell tienen 63 y 73 años respectivamente y muchas ganas de aventuras.

La pareja oriunda de Seattle, Estados Unidos, se tentó con la idea de la mayor de sus 4 hijos -Mary-, quién encendió la chispa de lo que iría tomando forma poco después, y terminaría con un metódico modo de vivir la vida viajando, que ya lleva 6 años e implicó dejar atrás todo lo que tenían. «Calculamos distintos presupuestos de cómo lo haríamos hasta que nos dimos cuenta que dar la vuelta al mundo con un gasto diario de unos ochenta euros para nuestros alojamientos cada noche era un gasto similar al que tendríamos si nos quedáramos sentados en el porche de nuestra casa«, resume Michael Campbell contundente. La decisión estaba tomada.

Al principio parecía una locura, pero después de algunas hipótesis y bastantes cuentas, pegaron en la heladera un listado de 36 países que querían recorrer y dieron rienda suelta al entusiasmo. «Debbie me decía aún nos quedan aventuras por vivir. Así que, un mes después ya pensábamos concretamente en alquilar la casa, renunciar a nuestros trabajos y mantener los gastos realmente bajos para solventar el recorrido con la jubilación».

La vida en valijas

En julio de 2013 partieron por primera vez, cargados de expectativas, incertidumbres y muchas sorpresas por descubrir en el camino. «Cada año hemos ido más lejos y visitados más países fuera de los caminos turísticos tradicionales». Porque, claro, la idea era hacer las cosas de un modo particular, tal como el modo de vida que eligieron hace seis años. «Elegimos vivir como locales en cada lugar visitado», explican casi a dúo.

En su cuenta de Instagram, @theseniornomads se pueden apreciar los detalles de su reciente estadía en Buenos Aires. Ésta incluyó ir a la cancha a ver un partido de fútbol, basar su alimentación en mate, empanadas y demás delicias locales, visitar los barrios más pintorescos y navegar el Delta. También llevan un blog (The Seniors Nomads) en donde dan tips de viajes, explican como utilizar el transporte público en algunos lugares como Tokio y comparten ideas para armar una valija práctica y útil. «De esta forma nos sentimos realmente nómades, probamos vivir y convivir con las más diversas culturas a nuestro paso. Quizá pueda parecer cansador moverse de un país a otro con tanta frecuencia para dos personas mayores. Tener que instalarnos y lograr que nuestros teléfonos funcionen, ajustarnos a un nuevo idioma y encontrar nuestro camino, nuestros guías locales. Pero entonces, sucede lo mejor, vemos nuevas cosas, conocemos gente fabulosa, aprendemos de cada uno de ellos, su cultura y su forma de vida», cuenta el matrimonio.

Cuando llega la edad de la jubilación, muchos se refugian en un modo de vida puertas adentro del hogar, vuelven a pasatiempos manuales, pequeños quehaceres, libros. Pero ellos decidieron expandir en vez de replegar eligiendo que ésa sería la forma de vivir ésta etapa de sus vidas. «Teníamos la suerte de que nuestros cuatro hijos tienen sus vidas formadas, son felices y ya son grandes, no nos necesitan tan pendientes ni cerca».

Por supuesto, pertenecen al grupo de su generación que pudo ahorrar para llegar a esta etapa más holgados. Ella era creativa publicitaria y diseñadora gráfica, Él, luego de un intento de ser corredor de autos, se dedicó finalmente a la producción de eventos deportivos, carreras y exhibiciones de rodeo. Pero ambos siempre fueron inquietos y curiosos y sobre todo, muy previsores. Sus personalidades colaboraron a que esta necesidad de movimiento y su organización económica se sumaran y de pronto, con toda su vida armada en un lugar, se hayan lanzado a la posibilidad de ampliar su mundo al tamaño del globo entero.

Sin este nivel de planificación el modo de vida y filosofía nómade sería imposible. «Michael es el rey de las planillas», jura Debbie divertida. «Todo lo anota, calcula y registra».»Asumimos los riesgos y libertades de esta forma de vivir. Sin embargo, sólo una vez fuimos asaltados, en Vietman y por suerte no fue más que un susto», aporta ella detrás de una amplia y amable sonrisa. «Con este modo de hacer las cosas, más que nunca aprendimos que el tiempo es un regalo, mucho más importante que las cosas materiales. La felicidad no está en lo que se posee sino en las experiencias y las conexiones con las personas».

«Disfrutamos visitar los países que están en las noticias o formaron parte de manera interesante en la historia del siglo XX. A Michael le gusta investigar sobre cada país que visitamos. Usa un sitio llamado The World Fact Book y estudia la historia reciente del lugar. La idea es siempre aprender», explica Debbie.

Sin embargo, no planean los viajes con más de un mes de anticipación. «Hay una visión, por supuesto, pero dejamos espacio a la espontaneidad. Nuestro principal desafío es mantenernos dentro de nuestro presupuesto. Ahora ya sabemos dónde estaremos hasta fines de abril. De Buenos Aires viajaremos a Montevideo, luego a Río de Janeiro y después a París, para reunirnos con nuestra hija Mary y los nietos que viven ahí».

Michael agrega los datos exactos: «Al día de hoy ya visitamos 275 ciudades en 83 países, y nos hospedamos en 214 Airbnbs. Europa es nuestro continente favorito, por la riqueza de su historia. Nos gustó mucho Croacia, Italia, Francia, Ucrania, Nueva Zelanda, Australia…la lista es larga y cada lugar es único».

Uno de sus objetivos es estar donde sucede la historia. «Decidimos ir a Londres y pasar una semana allí antes de la votación de Brexit y una semana después, palpitar como se vivió. Nos quedamos en una pequeña calle de 40 casas en Peckham Rye. Estábamos sorprendidos por el resultado. Nuestros vecinos salían con los ojos vidriosos y una expresión en la que se leía «¿Qué acaba de pasar?».

«Nos gusta decir que continuaremos este estilo de vida mientras aprendamos algo todos los días, estemos pasando buenos momentos, estemos dentro de nuestro presupuesto, son salud y aún enamorados». Sólo vuelven a Seattle para navidad.

Cada vez, piensan que quizás esta vez se queden, pero a las pocas semanas deciden seguir adelante. «Siempre nos gustó viajar, por lo cual todo esto fue natural para nosotros. No vivimos como turistas, cocinamos, lavamos nuestra propia ropa, recorremos los lugares a pie, lo cual de paso nos mantiene en forma. No planeábamos hacerlo de tiempo completo durante seis años pero a esta altura se volvió nuestro estilo de vida, y lo raro sería establecernos en un lugar», jura Michael. La devolución de las personas suele ser maravillosa. «Todos nos dicen están cumpliendo nuestro sueño», sonríe Debbie.

Un libro que se sigue escribiendo

Además, los viajeros escribieron el libro Your Keys, Our Home, donde comparten anécdotas sobre como es vivir a tiempo completo en alojamientos en casas en más de 50 países, al momento de la edición. Allí ambos aseguran que el mundo es «un gran barrio». También incluye una guía sobre como disfrutar de distintas ciudades con presupuesto austero, tal como hacen los locales.

La historia de amor

«Nos gusta decir que remamos el bote en la misma dirección. Debbie es zurda, yo diestro. Ella es espontánea y creativa, yo soy más conservador, el tipo de persona que usa hojas de cálculo de Excel para todo. Sin embargo, hemos podido unir esas habilidades para dividir las tareas. Yo me aseguro que vayamos de un lugar a otro y ella que nos alimentemos y exploremos la ciudad. Como decimos siempre: No querrías hacer esto con nadie más que con tu mejor amigo y nosotros lo somos el uno del otro».

Por: Malen Lesser

 

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/una-pareja-jubilados-vendio-todo-viaja-mundo-nid2240794