Felicidad nacional bruta y salud: lecciones desde Bhután

Bhután fue el primer país del mundo que hizo de la búsqueda de la felicidad una política estatal.

El concepto de felicidad en Bhután tiene un significado más profundo que en los países industrializados. La filosofía de la felicidad nacional bruta presenta varias dimensiones: es integral, puesto que reconoce las necesidades espirituales, materiales, físicas o sociales de las personas; insiste en un progreso equilibrado; concibe la felicidad como un fenómeno colectivo; es sostenible desde el punto de vista ecológico, puesto que trata de conseguir el bienestar para las generaciones presentes y futuras, y equitativa, puesto que logra una distribución justa y razonable de bienestar entre las personas.

Desde principios del decenio de 1970, Bhután ha fomentado el bienestar de la población por encima del desarrollo material. La felicidad, la salud y el bienestar están estrechamente unidos Normalmente se considera que la buena salud es el determinante más importante del bienestar; asimismo, los cambios que desencadenen una mala salud tienen efectos negativos y duraderos en el bienestar.

En los países industrializados, la felicidad se asocia con frecuencia con el consumismo. Es necesario un nivel básico de riqueza material, pero los ciudadanos de países más ricos y avanzados tecnológicamente no son necesariamente los más felices.

Junto con el crecimiento económico, es necesario medir el bienestar y la sostenibilidad ecológica para reflejar el progreso general de las naciones y la humanidad. Cada vez hay más pruebas de que la actual trayectoria del desarrollo humano no es sostenible, por lo que es imperativo adoptar mediciones de progreso más inclusivas que indicadores económicos tradicionales como el producto interno bruto.

Desde la recesión mundial de 2008-2009, la importancia del bienestar ha cobrado fuerza en el ámbito político, debido en parte a la percepción de que los miembros más pobres y vulnerables de la sociedad pagan el precio de la excesiva codicia y los riesgos adoptados en el sector financiero. En Europa, se ha recomendado que en lugar de medir la producción económica se mida el bienestar de las personas.

Tras una resolución propuesta por Bhután, las Naciones Unidas convocaron una reunión de alto nivel en la que el Secretario General, Ban Ki-moon, pidió resultados de desarrollo que valoren y midan la felicidad y el bienestar.

El reciente impulso político y el estrecho vínculo entre salud y bienestar son una oportunidad para incluir los objetivos de salud en otros ámbitos políticos.

La felicidad nacional bruta ha influido enormemente en el sistema de salud de Bhután, como se reconoce en la constitución, en la que se señala que «el Estado proporcionará acceso gratuito a los servicios básicos de salud pública en la medicina moderna y en la tradicional».

La salud se reconoce como un requisito previo para el desarrollo económico y espiritual y como un medio para conseguir una mayor felicidad nacional bruta.

En Bhután, se invierte en el sector de la salud entre el 7,4% y el 11,4% de todo del gasto público.

Se concede gran importancia a la atención primaria de salud y está prohibido privatizar los servicios sanitarios. En 1988 se estableció un fondo de depósito para la salud a fin de garantizar el suministro ininterrumpido de medicamentos y vacunas esenciales.

Tales políticas se basan en la filosofía de la felicidad nacional bruta y ofrecen una indicación de los beneficios para la salud de la población derivados de dar prioridad al bienestar en la formulación de las políticas nacionales. Bhután revisa todos los planes y políticas sectoriales para que sean coherentes con la felicidad nacional bruta.

En el ámbito internacional, reflejar la felicidad nacional bruta en la política puede fomentar la salud tal como se define en la carta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al reconocerse la función del medio ambiente, la sostenibilidad ecológica, la buena gobernanza y los determinantes sociales.

La OMS puede desempeñar una función más activa en el refuerzo de las consultas intersectoriales, mejorando el acceso a datos pertinentes y difundiendo datos científicos sobre la salud y el bienestar.

Primero, es necesaria una mayor aceptación de la filosofía de la felicidad nacional bruta en la sala de juntas de las empresas. Segundo, deben incorporarse los indicadores necesarios en las bases de datos actuales del sector de la salud. Tercero, el sector de la salud tiene la responsabilidad de comunicar que la salud, la felicidad y el desarrollo sostenible son interdependientes.

 

Fuente: https://www.who.int/bulletin/volumes/93/8/15-160754/es/