“Exportar es posible”: El sueño de cruzar fronteras

Texto del libro: “A Malasia con un Tango”- Editorial Círculo Rojo, España.

«Allí, en un rincón de América Latina, entre la inmensidad de sus pampas y la vastedad de sus sueños, surgió una empresa en 1979, Bedson S.A., que se atrevió a mirar más allá de los límites establecidos. En un mundo donde las fronteras parecen ser paredes de hierro, dos amigos, dos socios; Arnaldo Colusi y Omar Romano, se atreven a creer que pueden ser de humo. Y lo logran. Porque exportar no es solo enviar productos a otro país; es enviar esperanzas, es cruzar océanos con la voluntad de quienes no se rinden y entienden que lo que ofrecen es necesario.

La historia de quienes buscan exportar es la historia de gente que se empeña en transformar la adversidad en oportunidad. La innovación no es un lujo, es una herramienta de resistencia. Allí donde otros ven mercancías sin alma, ellos ven un campo fértil para sembrar ideas nuevas, para agregar valor a lo que la tierra les da.

No es fácil. El idioma es un muro que no siempre se puede escalar. Pero se inventan puentes, puentes de palabras y de gestos, de imágenes que hablan más que las lenguas. Y a veces se logra. La clave está en el respeto por el otro.

Y así, la empresa se convierte en embajadora. Lleva con ella más que productos: lleva historias, lleva culturas, lleva lo mejor y lo peor de su tierra. Lleva también el orgullo de sus creadores, esos que entienden que lo importante no es solo el resultado, sino el camino, la lucha cotidiana por ser mejores y por profesionalizarse, sin perder de vista la humanidad. Porque si algo saben los que cruzan fronteras es que, al final del día, los valores no se negocian.

Un eco resuena en sus palabras: “Hagamos que las cosas sucedan”. Porque los sueños, si no se alimentan de acción, se convierten en polvo. Pero si los nutres con esfuerzo, con pasión, con compromiso, se vuelven realidad. Y así, lo imposible se hace posible. Exportar no es solo una posibilidad, es una declaración de fe en la capacidad humana de soñar y de crear.

Y entonces, nos damos cuenta de que lo que importa no son las máquinas, ni las fórmulas. Lo que importa es la gente. Y desde cualquier rincón de este inmenso sur, los profesionales, los trabajadores, los innovadores, con todas sus diferencias y talentos, se convierten en los verdaderos protagonistas de esta historia.

Hoy con más de 45 años de historia, la empresa sigue vigente y sus valores también.»