Ocurrió hace 12 años y pedimos que nunca más vuelva a pasar
Nuestra empresa en Argentina y sus filiales en el mundo se enfrentaron a una absurda disposición del gobierno nacional de aquella época sobre comercio exterior e ingreso de divisas. Estuvimos al borde de la quiebra, con la posibilidad de dejar sin trabajo a más de 100 personas, afectando indirectamente a casi 1500 familias, sólo en el país.
El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner redujo el plazo para el ingreso de divisas procedentes de la exportación de 180 días a 30. Este cambio arbitrario era inaceptable en el contexto internacional. Ninguno de nuestros clientes en el exterior lo entendía. Nadie lo entendía. Nuestras peticiones de audiencia fueron ignoradas. Estábamos muriendo lentamente.
Solo un funcionario del gobierno, el ex embajador argentino en EE. UU., Dr. Jorge Argüello, hizo todo lo posible por ayudarnos, pero tampoco fue escuchado.
Desesperados, mi socia Alicia Romero y yo recurrimos al periodismo, destacando que una pyme ultra exportadora, innovadora y premiada mundialmente, que seguía el modelo económico promovido por el propio gobierno, estaba a punto de desaparecer.
Hace doce años, con la ayuda de Silvia, logramos que la noticia se difundiera en todos los medios: periódicos, televisión, radio. La televisión O Globo de Brasil, y medios de Chile y Uruguay también cubrieron la noticia. Los teléfonos no dejaban de sonar y nosotros estábamos agradecidos.
Ese día, el ex ministro Florencio Randazzo llamó a nuestra planta en Pilar, prometiendo resolver la situación en 48 horas. No fueron dos días, pero la solución comenzó a aparecer. La luz al final del túnel se hizo visible.
Periodistas como Jorge Lanata, Nelson Castro, Silvia Nihaistad, María O’Donnell, Silvia Mercado, entre otros, y diarios como Clarín, La Nación, y El Cronista, difundieron nuestro problema. Gracias a ellos, cientos de pymes renacieron con esperanza. Hoy rendimos homenaje al buen periodismo argentino.
Hoy, 1 de junio de 2024, reflexiono: El presidente Milei realiza viajes internacionales para atraer inversiones, lo cual es vital. Sin embargo, es igualmente crucial crear condiciones favorables para empresas locales como la nuestra, que ha trabajado 45 años en un país a menudo injusto con quienes invierten y generan empleo. La seguridad jurídica y económica es esencial para que cualquier empresa, local o extranjera, prospere.
Sin reglas claras, nadie invertirá en Argentina. Ojalá esta vez el cambio tan necesario se produzca y la argentina regrese a la senda del crecimiento, con justicia y equidad.