Viaje hacia la intimidad emocional
La confianza y la lealtad son componentes clave para la intimidad. Necesitamos echar un vistazo a nuestras relaciones.
¿Estamos satisfechos o anhelamos algo más? Abrirnos a una relación más profunda con otra persona a veces implica exponernos, desnudarnos y quedar expuestos. Quitarnos la coraza.
Significa que nos comprometemos a dar afecto y a recibir afecto de otra persona. Entonces nuestro corazón se pone vulnerable y está en peligro. Dar y recibir. Entonces, para la intimidad emocional, la confianza debe ser un factor clave.
Una relación íntima necesita un sentido de confianza y lealtad verdadera. Debemos creer que nuestro afecto y amistad pueden ser recibidos por alguien que nos sea completamente fiel. Que prometa ser digno de nuestros secretos y sueños, que no serán compartidos ni ridiculizados. Ser aceptados tal como somos.
La lealtad de un cónyuge, hijo o amigo es esencial para una relación duradera y profundamente gratificante. Un sentido de deslealtad puede perdonarse absolutamente, pero lo más probable es que se mantenga una relación a distancia.
Debemos sentirnos seguros. Sin eso, incluso subconscientemente, una persona se contendrá. No se abrirán libremente las puertas a las posibilidades de una amistad más profunda e íntima.
Hablar o compartir es otro componente que fomenta la intimidad. Queremos compartir y recibir una afirmación verbal de que estamos en la misma página, leyendo el mismo libro. No solo eso, sino que queremos escuchar sobre la vida de los demás.
Nos encanta escuchar sus voces y atesorar el tiempo que pasamos con ellos. A nuestras almas les encanta «mostrar y contar» y se sienten llenas de energía cuando pasamos tiempo juntos.
El respeto por la otra persona es clave para una relación íntima. Nos preocupamos por el viaje de su vida. Lo reconocemos. Lo respetamos. No juzgamos. Nos encanta de todos modos. Eso es respeto.
Al comprender estos componentes de las relaciones, la amistad íntima es realmente la parte más gratificante de la vida.