No confundas sentir compasión de alguien con tener lástima
La compasión te hace sentirte cerca de esa persona porque te reconoces en él; te das cuenta de que en las mismas circunstancias tú podrías haber reaccionado igual o que tú también tienes debilidades y comportamientos reprobables.
La compasión dignifica -hace más humanos- a quien la ofrece y a quien la recibe.
Cuando te compadeces no juzgas, no te eriges en juez que dirime quién es bueno y quién malo, porque sabes que esa línea, en ocasiones, no es tan fácil de definir.
Repruebas el comportamiento dañino aunque dejes a la persona…a solas con su conciencia, que sólo ella sabe lo que alberga en su corazón.
Sentir lástima es diferente, es ponerte por encima de esa persona creyéndote mejor que ella, infantilizándola de alguna manera porque te da pena y te parece…un pobre hombre o una pobre mujer. “
Autor: Belén Casado Mendiluce,psicóloga