¿Podrán la jara o el granado ayudarnos a combatir la resistencia a los antibióticos?
Llamamos superbacterias a aquellas que han desarrollado multitud de resistencias a los fármacos antibióticos que usábamos para combatirlas anteriormente. Al no ser ya sensibles a los medicamentos, o al menos a muchos de ellos, tenemos mucho más difícil vencerlas y, por lo tanto, suponen un problema sanitario de primer orden.
Hoy en día existen muchos datos sobre esta situación, tanto de organismos oficiales como publicados por grupos de investigación como el nuestro. Pero a día de hoy todavía es un problema sin solución.
Las cifras son claras: si la situación no cambia, para el año 2050 se espera que las infecciones provocadas por estas superbacterias causen alrededor de 10 millones de muertes en todo el mundo. Y no solo hablamos de salud. El impacto económico previsto es de casi un billón (con be) de euros, una cantidad desorbitada que no podrá ser usada para otros fines sanitarios o de investigación.
El descubrimiento de nuevos antibióticos es también una tarea pendiente. Desde comienzos de siglo, no se ha incorporado ninguna nueva familia a nuestro arsenal terapéutico. Y sin nuevas armas, tenemos la batalla difícil.
En busca de nuevos agentes antimicrobianos
Afortunadamente, no todo es negativo. Son muchos los grupos de investigación públicos y privados que estamos trabajando en ello y existen iniciativas por parte de las grandes farmacéuticas y los gobiernos y colegios profesionales para intentar revertir la situación.
- La mayoría de los investigadores que trabajamos este tema estamos buscando nuevas moléculas que posean actividad antimicrobiana, es decir, que sean capaces de matar o reducir el crecimiento de las bacterias.
- Pero también estamos estudiando si esas nuevas moléculas consiguen reducir la resistencia a los antibióticos que ya conocemos, permitiendo que nuestros viejos antibióticos vuelvan a funcionar como antes.
- Pero encontrar nuevos agentes químicos como estos no es siempre sencillo. En nuestro grupo en el Instituto de Investigación, Desarrollo e Innovación en Biotecnología Sanitaria de Elche (IDiBE) nos hemos centrado en buscarlos en las plantas.
- Los vegetales constituyen el 80 % de la biomasa de la Tierra y su variedad es increíble, no solo a nivel macroscópico, sino también a nivel molecular.
Las plantas no pueden huir de sus depredadores, ni protegerse de agresiones como las radiaciones solares, la sequía o las enfermedades. Por eso han desarrollado durante la evolución un amplio arsenal de moléculas que les ayudan en esas funciones y precisamente por eso también nos pueden ser útiles a nosotros.
Un arma natural contra las superbacterias
Concretamente, en nuestro grupo nos hemos centrado en los extractos de dos plantas:
- el granado
- y la jara.
Elegimos estas especies después de probar tanto extractos de otros vegetales como compuestos puros que seleccionamos a través del estudio de los datos disponibles en la bibliografía.
Enfrentamos a nuestras candidatas a lo peor de lo peor, es decir, las pusimos a prueba frente a las bacterias más relevantes para uno de nuestros hospitales de referencia, el Hospital General Universitario de Alicante, con quien colaboramos en este y otros proyectos.
Tras estas investigaciones, decidimos centrarnos en el microorganismo de mayor relevancia clínica: el Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina, un antibiótico del grupo de las penicilinas.
El poder antibacteriano del granado y la jara
El granado y jara son dos plantas extendidas por toda la cuenca mediterránea y muy ricas en un tipo de compuestos que se conocen como elagitaninos. Estas sustancias tienen la peculiaridad de tener esa propiedad antimicrobiana que hemos comentado antes. Pero además, parece que su actividad es aun mayor sobre las superbacterias.
Y la cosa no acaba ahí. Nuestro último trabajo demuestra que los compuestos de estas especies tienen diferente actividad dependiendo del tipo de resistencia que posea la bacteria.
- El extracto de granado es más activo frente a las bacterias resistentes a los antibióticos de la familia de las quinolonas (ciprofloxacino y levofloxacino).
- El de la jara es más efectivo frente a las que son resistentes a los derivados de la penicilina (meticilina y oxacilina). Esto permite, o mejor dicho, abre la puerta a elegir uno u otro tratamiento en función de a qué bacteria queramos vencer. Como dice el proverbio oriental, no hay nada mejor que conocer a tu enemigo para llegar a vencerle.
Estamos especialmente orgullosos de este trabajo por una cosa adicional a su valor científico: es fruto de la colaboración interdisciplinar de diferentes investigadores del mundo clínico y académico. De esta forma, se pone en valor el trabajo en equipos interdisciplinares por el que desde nuestro grupo apostamos con tanto empeño.
Autor:
Enrique Barrajón Catalán – Profesor del Área de Farmacia y Tecnología Farmacéutica e investigador en el IDiBE, Universidad Miguel Hernández
Fuente: https://theconversation.com/