La madre tóxica

 

Hablar de padres y madres dañinos es un tema tabú, pero es un asunto que Susan Forward, en su obra reveladora, no teme abordar. Susan Forward (1938-2020) fue una terapeuta, conferenciante y autora de renombre internacional. Sus libros, que incluyen los bestsellers: «Cuando el amor es odio», «Chantaje emocional», «No se obsesione con el amor», etc., dejaron un legado significativo.

Existen varias máscaras para las madres tóxicas. Están las que se presentan como víctimas, utilizando la culpa como herramienta de manipulación. Otras, negligentes, transforman a sus hijas en madres en un retorcido intercambio de roles. Hay quienes son ambivalentes, tratando a sus hijos según su estado de ánimo. Y están las abnegadas, que hacen todo por sus hijos, pero luego les cobran facturas emocionales y vitales imposibles de saldar.

Son mujeres atrapadas en su amargura, cuyas vidas distan mucho de lo que soñaron. Profundamente infelices, encuentran en sus hijos chivos expiatorios, proyectando en ellos la sombra de su insatisfacción, una insatisfacción que también se traslada a otros aspectos de sus vidas: son agresivas, intolerantes, soberbias y conflictivas en todo. Cuidadosas de mostrarse ante su entorno cercano como personas «irreprochables».

Al final, estos hijos heredan un legado común: inseguridad, baja autoestima, relaciones dependientes, una necesidad extrema de aprobación y una autoexigencia brutal. Repiten patrones tóxicos, luchan por establecer relaciones profundas y se enfrentan a un vacío existencial que parece insalvable. Estos hijos, sin entender el porqué, se pierden en el laberinto de sus fracasos emocionales y vitales. La falta de amor primario, ese desamparo absoluto, distorsiona su aprendizaje de lo que es sentirse realmente amado.

A esta indefensión crónica se suma la incomprensión de los demás: una sociedad que mira hacia otro lado ante una realidad tan antinatural. Muchos llegan a dudar de su propia cordura, pues a años de maltrato emocional se añade el silencio y la falta de apoyo. Y esta es una realidad tan desconocida, tan oculta en el corazón de cada familia, que incluso muchos psicólogos no saben cómo abordarla. Les dirán a estos hijos que para sanar deben perdonar, dejándolos una vez más solos y confundidos.