Ser positivos mejora con la práctica
¿Tu vaso está medio vacío o medio lleno?
Es posible que la forma en que respondas a esta antigua pregunta sobre el pensamiento positivo refleje tu visión de la vida, tu actitud hacia ti mismo y si eres optimista o pesimista, e incluso puede afectar tu salud.
De hecho, algunos estudios muestran que los rasgos de personalidad como el optimismo y el pesimismo pueden afectar muchas áreas de tu salud y de tu bienestar.
El pensamiento positivo que suele ir aparejado con el optimismo es una parte clave – por ejemplo – del manejo del estrés de manera eficaz.
Si tiendes a ser pesimista, no te desesperes
Puedes aprender a pensar de forma positiva.Dicen que el 50% de nuestro positivismo viene con nuestro ADN. Si nuestras actitudes positivas se transforman en hábitos, podemos agregar a ese 50, otro 10 o 20 %, que no es nada poco.
¿ Como sumarlo ?
Practicando todos los días, como lo harías si quieres jugar tenis, golf, practicar yoga o lo que sea; la práctica es fundamental.
¿ Por dónde empezar ?
Por ejemplo, al levantarte puede ser un buen momento, repara en tus pequeñas cosas y agradécelas de corazón. Con profundo sentimiento.
¿Por qué?
Porque si tienes un techo donde dormir, un lugar que te protege del frio o del calor, tres comidas al día, un trabajo, alguien que te quiera. Si puedes oír, puedes ver, tienes mucho para enriquecer tu práctica diaria positiva.
No es para sentir culpa
Miles de personas no lo tienen. No es para sentir culpa, sino para darle valor a las pequeñas cosas. En el camino para aprender a ser positivo, la práctica del agradecimiento es fundamental.