Mostrar que estás estresado puede hacerte más simpático: nueva investigación
Los humanos se comportan de maneras extrañas. Revelamos fácilmente nuestros sentimientos internos durante los momentos de debilidad, lo que no parece ser lo más inteligente.
Con solo observar el comportamiento de alguien, podemos saber cuándo siente dolor , está frustrado o molesto. Seguramente la mejor estrategia es tratar de ocultar la debilidad. ¿Por qué correr el riesgo de ser aprovechado?
Muchos otros animales rara vez muestran cambios de comportamiento visibles cuando están luchando. Los veterinarios y los cuidadores de animales deben confiar en señales como los cambios en la presión arterial, la frecuencia cardíaca o los niveles hormonales para tener una idea del dolor o el estrés . Pero, ¿podría haber una ventaja en transmitir su vulnerabilidad?
Nuestra investigación ( financiada por el ERC ) investiga las razones por las que nos comunicamos usando nuestros cuerpos, rostros y manos. Descubrimos que estas señales juegan un papel clave en la forma en que construimos y mantenemos las redes sociales. Específicamente, nuestro experimento mostró que cuanto más estresado pareces, más agradable te encuentran los demás.
Evolución y estrés
Durante mucho tiempo hemos entendido que la experiencia del estrés y el comportamiento están relacionados. Cuando alguien está estresado, es más probable que muestre lo que llamamos un comportamiento autodirigido. Nos tocamos la cara, nos mordemos las uñas, jugueteamos con objetos y jugamos con nuestro cabello. Formas muy similares de comportamiento de estrés están bien documentadas en monos y simios, lo que se suma a la evidencia de que surgieron durante el tiempo evolutivo de un ancestro común.
Sin embargo, la forma en que otros ven estos comportamientos relacionados con el estrés ha sido un misterio para los investigadores. ¿Las personas incluso notan estos comportamientos en los demás? ¿Podemos detectar cuando otros se sienten estresados? ¿Cómo cambia eso nuestra impresión de ellos?
Para investigar, necesitábamos inducir un estrés leve en voluntarios para estudiar su comportamiento. Tuvieron tres minutos para prepararse para una presentación y una entrevista de trabajo simulada, seguidas de inmediato por un desafiante examen de matemáticas.
No le sorprenderá saber que la mayoría de los participantes se estresaron.
Mostramos imágenes de estos voluntarios estresados a un nuevo grupo de personas, que calificaron su comportamiento en escalas móviles como «¿Qué tan estresada está esta persona?» Los resultados nos dijeron cómo se veían las personas cuando estaban estresadas y qué pensaban de ellas.
Resulta que los humanos son bastante buenos para reconocer cuando alguien se siente estresado. Cuanto más estresada decía estar una persona, más estresada pensaban los demás: una clara relación lineal. Como era de esperar, el comportamiento autodirigido parece desempeñar un papel importante. Cuanto más de estos comportamientos producía una persona, más estresada se consideraba.
También vale la pena señalar que estas no fueron señales sutiles detectables solo por amigos cercanos, ya que les pedimos a completos extraños que hicieran juicios sobre nuestros participantes.
Nuevos hallazgos
El hecho de que otras personas puedan detectar tan claramente cuándo estamos estresados es una prueba de que estos comportamientos funcionan como otros tipos de comunicación no verbal (como las expresiones faciales, los gestos), un hecho que no ha sido respaldado hasta ahora. Este es el primer estudio que encontró un vínculo demostrable entre el comportamiento de estrés y la percepción del estrés.
El hecho de que aquellos juzgados como más estresados también fueran considerados las personas más simpáticas podría explicar por qué producimos estas señales de debilidad en primer lugar (y por qué evolucionaron). Las primeras impresiones de las personas hacia los «indicadores de estrés» no son negativas, sino muy positivas. Esperamos que las personas se aprovechen de la debilidad, pero mostrar su lado vulnerable fomenta el apoyo y la vinculación social.
Somos una especie altamente cooperativa, más que cualquier otro animal, y nos atraen aquellos que son honestos acerca de sus intenciones y estado de ánimo. No hay nada más honesto que comunicar cuando eres débil.
Otras investigaciones muestran que el estrés puede ser algo bueno y debe aceptarse. Nuestros cerebros evolucionaron para hacer frente a los desafíos del entorno, y el estrés leve brinda un desafío saludable para mantener la mente estimulada.
La comunicación del estrés está contando una historia similar. Muestra tus sentimientos, buenos o malos. No se esfuerce demasiado en ocultar sus niveles de estrés durante esa gran presentación o entrevista. Comunicarse con honestidad y naturalidad a través de su comportamiento puede, de hecho, dejar una impresión positiva en los demás.
Autor:
Jamie Whitehouse – Investigador, Departamento de Psicología, Universidad de Nottingham Trent
Fuente: The Conversation
Traducción, Omar Romano Sforza