No a la culpa si a la esperanza
Allá por diciembre 2019, enviábamos y recibíamos los saludos de Salud, Paz y Prosperidad para el 2020, como todos los años. Expresábamos nuestros sueños y deseos.
De pronto en el mes de marzo algo cambió y sacudió de manera impensada nuestras vidas, una epidemia con un virus para el que el planeta tierra no estaba preparado. Nuestras ilusiones y deseos fueron arrinconadas por el miedo y la muerte.
Conviene recordar que no fue la primera vez que el mundo amaneció sumergido en crisis profundas; la Primera Guerra Mundial dejó 22 millones de muertos. Poco después aparece una pandemia mundial, la Gripe Española, matando a 50 millones de personas. La segunda guerra mundial dejó más de 60 millones de muertes. Otras guerras como Corea , Vietnam y conflictos civiles produjeron sufrimiento y perdidas.
También vinieron crisis económicas que produjeron inflación, desempleo y hambre. Antes de la llegada del Covid 19, el hambre asolaba al África. Millones de personas huían de las guerras – no mundiales , pero criticas – abandonando hogares, familia , muertos propios y ajenos. La niñez en muchos países luchaba entre la mal nutrición, hambre y carencia de agua.
En el 2020 , según la ONU, moriran millones de personas por hambre en el mundo , entre ellos 6 millones de niños. Cada año las diarreas matan a mas de 500.000 personas.
Muchas de estas situaciones siguen vigentes.
Este relato no busca el sentirnos culpables por los males del mundo, solo nos invita a mirar la vida en perspectiva. Reflexionar ahora sobre nuestras vidas y la de los otros y poner esta crisis en un contexto amplio, que nos permita saber que esto pasará, dejando a su paso dolor y que más temprano que tarde la vacuna llegará.
Entonces debemos ver nuestra existencia pasajera como una bendición , y poder valorar lo que tenemos y no se puede comprar con dinero: la familia, los amigos, el techo que nos cobija, el plato de comida, el agua que bebemos, los servicios médicos sanitarios, las caricias de quienes nos aman y amamos y la esperanza que alimenta nuestro espíritu de salud , trabajo y paz.