“No me molesta que me hayas mentido, me molesta que a partir de ahora no pueda creerte” Friedrich Nietzsche
La confianza es un factor clave en todos los aspectos de nuestra vida. Pero la confianza es algo que se gana poco a poco y se destruye en un segundo, es algo demasiado frágil. Pero si somos capaces de construirla y mantenerla, estamos logrando un gran éxito. Muchas personas tardan una vida en construir una reputación que se pierde en menos de una hora. La pregunta es si esto es algo inevitable o simplemente sucede así.
Confianza viene del latín y significa “ con fe “ y por tanto la confianza y la fe van siempre unidas. Es tener fe en uno mismo y fe en los demás hasta que se demuestre lo contrario. Confiar es saber que lo vamos a conseguir y por tanto confiar es creer. Muchas veces creer sin ver.
Todos coinciden en que la confianza es la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos. La confianza se verá más o menos reforzada en función de las acciones y de valores. Dijo el escritor estadounidense William Faulkner (1897-1962) “Se puede confiar en las malas personas, no cambian jamás.”
Y es que al igual que confiamos en nuestra familia y amigos, también podemos y debemos confiar en nosotros mismos. Es más, la mayor confianza viene de nuestro interior y es un aspecto que tenemos que afianzar, que tenemos que trabajar para desarrollar las herramientas y valores para seguir adelante, para caminar en la vida, para vencer y dominar los miedos, las dudas y las incertidumbres. Creer en nosotros mismos es una decisión que sin duda tenemos que tomar a lo largo de nuestra vida.
Solemos juzgar si lo que otros dicen es verdad y por tanto creemos que son sinceros, o juzgamos que es mentira y por lo tanto creemos que mienten. Normalmente lo basamos en experiencias que hemos tenido, pero no siempre es así. A veces aceptamos como ciertos, rumores y opiniones de terceros no contrastadas o interpretamos de forma inadecuada determinadas situaciones.
Confiamos cuando damos un voto político, confiamos en las promesas publicas y privadas, confiamos en los que nos prometen las empresas, confiamos en nuestros amigos, en nuestra familia, confiamos en nuestra FE .
Los años y la realidad nos van mostrando si haber confiado fué una buena decisión en cada aspecto de nuestras vidas. Siempre la realidad nos dirá si elegimos el camino correcto, porque todo se resumirá en si «somos lo que hacemos y no lo que prometimos hacer.»